Sabemos bien que dormir es fundamental para nuestro desempeño diario, y esto es tan importante para adultos como para niños. Cuidamos nuestro sueño, tomamos la siesta y procuramos dormir las horas necesarias, pero, ¿cuánto deben dormir nuestros hijos?
Los niños viven distintas etapas desde su nacimiento, es por eso que viven de varios cambios que incluyen modificaciones en sus rutinas y también, en sus hábitos a la hora de dormir.
Y es aquí dónde podemos encontrar varias dudas, si bien sabemos que cada persona es diferente, y que también, no todos los niños tienen el mismo carácter o realizan la misma cantidad de actividades a diario, ¿qué debemos tener presente para saber cuánto deben dormir?
Pues, aun partiendo de las diferencias, hay ciertas pautas sobre la cantidad de horas de sueño para los niños según distintas edades o etapas de crecimiento. Partiendo de esto, y relacionarlo con sus actividades diarias nos podrá dar una luz sobre la cantidad de horas adecuadas para nuestro hijo o hija.
Ahora bien, vamos a hablar de dichas pautas y sobre la calidad del sueño. Para reconocer aquí cuántas horas deben dormir los niños. De igual manera, reconocer qué síntomas o signos podemos notar para descubrir que su calidad de sueño no está siendo la debida.
¿Cuánto debe dormir un niño según su edad?
Tanto bebés como niños pasan por distintos periodos desde el día de nacimiento; según estos también varían la cantidad de horas que deben descansar.
Ahora bien, debemos tener presente que las actividades que realizan los niños varían también, según sus personalidades e intereses. Esto puede influir en la cantidad de horas que necesiten dormir, así que las horas aportadas por los estudios son pautas o guías a seguir, pero no son horas exactas.
- Bebés entre nacimiento a primer año: durante su primer año vamos a ver muchísimos cambios, sus hábitos alimenticios como de sueño se irán modificando según su propio crecimiento. Se considera que un bebé dormirá entre 12 a 20 horas de sueño. 20 horas como recién nacido e irá disminuyendo con el tiempo hasta dormir 14 u 12 horas cuando tenga ya un año.
Es importante que entre los primeros seis meses disminuirá considerablemente, de 20 horas a 14. Planteando que serán 10 horas de noche y 2 u 4 horas de siesta.
- Desde su primer a segundo año: Se considera que el niño dormirá entre 14 a 12 horas de sueño, esto incluye la siesta que podrá ser de dos o una hora de duración.
- De sus tres a cinco años: Para este momento, puede que algunos niños ya hayan empezado a asistir al jardín de infantes o preescolar; así que las horas de sueño pasan a ser entre 13 a 10 horas.
- De sus seis a doce años: Nuestro niño está creciendo y se considera que debe dormir entre 12 a 9 horas. Esto podrá variar según las actividades y qué tan activo sea el infante. La siesta sigue siendo parte de las horas de sueño del niño.
También, debemos tener muy presente que los niños están en un constante crecimiento; por esto es que las siestas pueden ser de una hora o más.
- De sus trece a dieciocho años: La adolescencia es un periodo delicado para todo ser humano, es importante reconocer que es aún un periodo de crecimiento y que sigue siendo importante tener una buena calidad de sueño y un tiempo adecuado de descanso.
Se considera que los niños y preadolescentes deben dormir entre 8 a 10 horas, siempre tengamos en cuenta las actividades que realicen nuestros hijos para reconocer el descanso que necesitan.
Dormir la siesta es una actividad que en algunas ocasiones tiende a desaparecer; sin embargo, puede ser un gran momento de descanso reparador para nuestros hijos. Una buena calidad de sueño le permite estar presente en sus procesos de aprendizaje, estar de buen humor e incluso, mantener un buen estado de salud.
¿Cómo podemos reconocer que no están durmiendo bien nuestros hijos?
Nadie está exento de pasar una mala noche, y esto incluye lastimosamente a nuestros hijos e hijas. La hora de dormir es un momento primordial para nuestra salud y bienestar, y sabemos que requerimos de una rutina para poder descansar debidamente.
De igual manera, el lugar dónde descansamos es importante, su temperatura, luz y ruidos que pueden aparecer. Todos estos elementos que nos siguen afectando en la edad adulta, pueden afectar a los niños y niñas.
Es por eso, que debemos tener presente estos aspectos también a la hora de que nuestros hijos vayan a descansar. Sin embargo, ¿qué más podemos notar en nuestros hijos para reconocer que no están descansando como es debido?
Tanto como pasa con los adultos, los niños mostrarán un gran nivel de irritabilidad, dificultad para prestar atención, somnolencia durante el día o en momentos del día en los que suele estar activo, incluso, puede presentar dolores de cabeza al despertar.
Y sobre todas las cosas, el niño o niña manifestará su deseo de querer seguir durmiendo. Ya sea por medio del llanto o cierto nivel de irritabilidad frente lo que pasa a su alrededor.
Esta guía de la cantidad de horas de sueño nos puede servir para dilucidar las horas que deben dormir los niños; pero, debemos también estar atentos a momentos en que duerma de más, duerma en momentos del día en los que no solía quedarse dormido antes.
Es importante el descanso, y entender que les puede pasar lo mismo que nos pasa a nosotros.
Un buen dormir es un buen estado de salud y de ánimo
Un debido descanso nos permite funcionar en nuestra vida diaria. Podemos trabajar tranquilamente, prestar atención a los que nos rodean, atender diferentes situaciones y manejar nuestro estado de ánimo. En los niños pasa lo mismo.
Sus horas siempre serán mayores a las de los adultos porque están en constante movimiento, crecimiento y aprendizaje. Por esto y por su salud, es más que necesario que descansan debida y cómodamente.